El mito de Urano dice lo siguiente:
"Sin la intervención de una criatura masculina, Gaya, la tierra creada de Caos, el mundo primitivo, produjo a Urano, el cielo. Los titanes, los gigantes que reinaban en el mundo antes de que los dioses del Olimpo liderados por Zeus consiguieran el poder, fueron el resultado de la unión de Urano y su madre. Los cíclopes y los gigantes de 100 brazos también descendían de Urano y Gaya. Urano fue un padre y un marido cruel. Inmediantamente después de su nacimiento introdujo de nuevo a los cíclopes y a los gigantes en el útero de su madre, causándole a Gaya un enorme dolor. Gaya no lo pudo soportar y fabricó una hoz de piedra afilada con la que pidió a sus hijos que le diesen una lección a su padre. Cronos, el más joven y hábil de los titanes, fue el único que se atrevió a ayudar a su madre, tendiéndole a su padre una emboscada, tumbado con la hoz mientras esperaba a que Urano yaciese junto a su esposa Gaya. Entonces le cortó los testículos y los arrojó al mar. De las gotas de sangre que cayeron sobre Gaya brotaron los gigantes, las Erinias y las ninfas de Melos. Los testículos continuaron a la deriva hasta Citera o Chipre y allí emergió Afrodita, la diosa del amor, envuelta en la niebla (ver Afrodita, Cronos y Gaya)."
Desde el punto de vista de la Astrología, Urano representa la energía de lo creativo, lo impredecible, lo innovador. En el relato queda manifestado al crear a los diferentes seres. La creatividad y la originalidad caracteriza lo uraniano. Generalmente es una energía que es incomprendida y es tildada como "cruel" en el sentido que se interpreta como desapegada y desinteresada. Si hay que ser creativos y originales, al momento de comprometerte con tu obra o creación o de querer perpetuarla, deja de haber creación y espontaneidad. Esta energía es la que representa también a los rebeldes sin causa que no aceptan el orden prestablecido y la ley. Justamente la aparición de Saturno (Cronos) haciendo el corte habla de ejercer esa función paterna que aplica un corte al caos y a la crueldad. El aprendizaje desde lo iniciático sería ser uno mismo su ley y aplicar corte cuando a los propios momentos de caos y rebeldía y no actuar uranianamente desde su nivel energético más básico para que un otro aplique la ley desde lo externo. Un modo de sublimar la energía uraniana es dirigirla a procesos creativos que lleven a mi crecimiento personal orientado a madurar y atravesar mis limitaciones. De ese modo también integraría mi energía saturnina.