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La Energía de Géminis en los Trabajos de Hércules


Compartiré entonces algunos extractos del relato del Trabajo de Hércules relacionado con el signo de Géminis, a modo también de conocer cómo desde los mitos nos transmiten conceptos de las energías astrológicas. Básicamente en ese trabajo Hércules tiene que ir en busca de un árbol sagrado cuyo fruto son manzanas de oro y está custodiado por un dragón de cien cabezas. El árbol no se sabe dónde está y para Hércules implicar recorrer el mundo entero:

“Lejos, en una región distante, crecía el árbol sagrado, el árbol de la sabiduría, y en él crecían las manzanas de oro de las Hespérides. La fama de estas dulces frutas había llegado a tierras distantes, y todos los hijos de los hombres, quienes se sabían que eran asimismo los hijos de Dios, las deseaban. Hércules, también sabía de esas frutas, y cuando salió la orden de buscarlas buscó al Maestro, preguntándole el camino para ir y encontrar el árbol sagrado y recoger las manzanas.

"Dime el camino, Oh Maestro de mi alma. Yo busco las manzanas y las necesito rápidamente para mi provecho. ¡Muéstrame el camino más rápido y YO iré!”

"No es así, hijo mío”, replicó el Maestro, "el camino es largo. Sólo dos cosas te confiaré, y luego a tí te corresponderá probar la verdad de lo que digo. Recuerda que el árbol sagrado está bien custodiado. Tres hermosas doncellas aprecian el árbol protegiendo bien su fruto. Un dragón de cien cabezas protege a las doncellas y al árbol. Guárdate bien de la fuerza demasiado grande para tí, de los engaños demasiado sutiles para tu comprensión. Vigila bien. La segunda cosa que te diría es que tu búsqueda te llevará donde te encontrarás con cinco grandes pruebas en el camino. Cada una te proporcionará el ámbito para la sabiduría, la comprensión, la destreza y la oportunidad. Vigila bien. Me temo, hijo mío, que tú fracasarás en reconocer estos puntos sobre el Camino. Pero sólo el tiempo lo mostrará; Dios te acompaña en tu búsqueda". “

Durante su recorrido Hércules atravesará cinco pruebas, las cuales analizándolas desde lo astrológico están relacionadas con la energía de Géminis. De por sí el hecho de que Hércules tenga que caminar y recorrer sin un rumbo predeterminado, ya tiene aires geminianos, ¿por qué? porque la energía de géminis es la de las múltiples posibilidades, es elemento aire, la mente, el pensamiento que observa las opciones y plantea diferentes escenarios.

“No encontrando el árbol sagrado en el camino del norte, Hércules volvió hacia el sur y en el lugar de la oscuridad continuó con la búsqueda. Al principio soñó con un éxito rápido, pero Anteo, la serpiente, le encontró en ese camino y luchó con él, venciéndole en todas las ocasiones.

"Ella custodia el árbol”, dijo Hércules, "esto se me dijo; el árbol debe estar muy cerca de ella, debo acabar con su guardián y así, destruyéndolo, abatir el árbol y coger el fruto". Sin embargo, a pesar de luchar con mucha fuerza, no triunfó.

"¿Dónde está mi falta?” dijo Hércules. "¿Por qué Anteo puede vencerme? Si aún cuando niño yo destrocé una serpiente en mi cuna. Con mis propias manos la estrangulé. ¿Por qué fracaso ahora?”

Luchando nuevamente con todo su poder, asió la serpiente con ambas manos, elevándola en el aire y alejándole del suelo. ¡He aquí la hazaña fue hecha!: Anteo, vencido, dijo: "Yo vengo otra vez con diferente apariencia en el octavo portal. Prepárate de nuevo para luchar". “

En la prueba de la serpiente, en la medida que hizo intervenir el aire (elemento del signo de Géminis) pudo vencerla. Lo que simboliza es que hay que considerar lo sutil, la mente como primera medida al momento de resolver un problema y no querer resolverlo en el mismo plano que se generó.

“Feliz y confiado, Hércules continuó, seguro de sí mismo y con nuevo ánimo para la búsqueda. Se volvió hacia el oeste ahora y, al volverse, encontró el desastre. Entró sin pensar en la tercera gran prueba y el fracaso le encontró y demoró su avance por largo tiempo.

Pues allá encontró a Busiris, el gran engañador, hijo de las aguas, pariente cercano de Poseidón. Su trabajo es conducir a los hijos de los hombres al error, a través de palabras de aparente sabiduría. El afirma conocer la verdad y con rapidez ellos creen. Habla bellas palabras diciendo: “Yo soy el maestro. A mí me ha sido dado el conocimiento de la verdad y debéis hacer sacrificio por mí. Acepten el camino de la vida a través mío. Yo sé pero nadie más. Mi verdad es justa. Cualquier otra razón es errada y falsa. Escuchen mis palabras; permanezcan conmigo y serán salvos". Y Hércules obedeció, y diariamente, debilitándose su entusiasmo por el camino primitivo (la tercera prueba) no procuraba nuevamente conseguir el árbol sagrado. Su fuerza se agotó. El amó, adoró a Busiris, y aceptó todo lo que éste dijo. Su debilidad crecía día tras día, hasta que llegó un día en que su amado maestro le amarró a un altar y lo mantuvo atado durante un año.”

Cuando Hércules se encuentra con el embustero, que no es más que una de las facetas de esa energía, el engañador y embustero géminis, también atribuido a su regente Mercurio, está mostrando justamente una de las características más básicas de esa energía. De lo que se trata no es de que compres los parloteos del otro sino que te escuches internamente. Lo que suele suceder es que en ese automatismo instalado de que la respuesta está afuera, lo primero que se hace es apostar al afuera y menoscabar lo interno. El descubrir esa trama implica vivirla y llegar por la propia experiencia a conectar con la propia verdad, la cual ha de ser desocultada recorriendo un camino de transformación interno.

“Repentinamente, detuvo sus pasos. Un grito de profundo dolor hirió sus oídos. Algunos buitres dando vueltas sobre una roca distante llamaron su atención; entonces, nuevamente se oyó el grito. ¿Debía él proseguir su camino, o debía buscar a aquél que parecía estar en necesidad y así retrasar sus pasos? Reflexionó sobre el problema de la demora; un año se había perdido y sintió la necesidad de apresurarse. Otra vez se oyó un grito rasgar los aires y Hércules, con pasos rápidos, se apresuró a ir en ayuda de su hermano. Encontró a Prometeo encadenado a una roca, sufriendo horribles agonías de dolor, causado por los buitres que picoteaban su hígado, matándolo así poco a poco. Él rompió la cadena que le sujetaba y liberó a Prometeo, persiguiendo a los buitres hasta su distante guarida y cuidando del hombre enfermo hasta que se hubo recuperado de sus heridas. Entonces, con mucha pérdida de tiempo, nuevamente comenzó a ponerse en camino.”

En ese extracto del mito, Hércules se encuentra con Prometeo y lo libera, implicando retrasarse en la consecución de su trabajo. Sin embargo, aquí a Prometeo lo considera un hermano y corre en su ayuda. La energía de Géminis asociada a los hermanos y no solamente a los físicos sino también a esa dualidad que habita dentro nuestro y a la cual hay que integrar. Escuchar ambos polos y encontrar el punto resolutivo que beneficie a ambos lados.

“En todos los caminos continuó la búsqueda, en el norte y en el sur, en el este y en el oeste: Buscó el árbol sagrado, pero no lo encontró. Llegó un día en que, cansado de viajar y con temor; oyó el rumor de un peregrino que pasaba por el camino, "cerca de una montaña distante, el árbol sería encontrado". La primera verdadera afirmación que se le daba hasta ahora. Por lo tanto, volvió sus pies hacia las altas montañas del este y en brillante y soleado día, vio el objeto de su búsqueda y apresuró entonces sus pasos. "Ahora tocaré el árbol sagrado", gritó en su alegría, "venceré al dragón que le custodia; veré las hermosas doncellas de grande fama, y cogeré las manzanas".

Pero, nuevamente, fue retenido por sentimiento de profunda pena. Atlas le hacía frente, tambaleante bajo la carga de los mundos sobre su espalda. Su rostro estaba marcado por el sufrimiento; sus miembros curvados por el dolor; sus ojos cerrados por la agonía; él no pedía ayuda; no vio a Hércules sino que permaneció encorvado por el dolor, por el peso de los mundos. Hércules, temblando, observó y estimó la medida de la carga y el dolor. Olvidó su búsqueda. El árbol sagrado y las manzanas desaparecieron de su mente; solo buscó ayuda al gigante, y eso sin tardanza; se arrojó hacia adelante y ansiosamente quitó la carga de los hombros de su hermano levantándola sobre su propia espalda, echándose a los hombros la carga de los mundos. Cerró sus ojos, asegurándose con esfuerzo, y ¡he aquí! la carga rodó, y él se halló libre, y también Atlas.

Delante de él estaba parado el gigante y en su mano sostenía las manzanas de oro, ofreciéndolas, con amor, a Hércules. La búsqueda había terminado.”

Aquí nuevamente el considerar al otro lo llevó a encontrar lo que tanto había buscado, representando la energía geminiana en un nivel elevado ya que Géminis propone tanto las múltiples opciones como la obtención del conocimiento fruto de esa búsqueda para luego en su polo opuesto, Sagitario, se produzca la síntesis transformada en Sabiduría.

En definitiva, la energía de Géminis te propone que analices las múltiples posibilidades que se te presentan en función de un objetivo en tu vida que desees alcanzar y que así como Hércules tenía un propósito que era cumplir con ese trabajo asignado, el norte que te ubiques integre esas posibilidades en pos de avanzar en ese camino que elijas transitar.

Ojalá hayas disfrutado de estas líneas, nos encontramos la próxima semana. Que Tu Logos sea Tu guía. ¡Hasta pronto!


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